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Ryszard Kapuściński, la voz de los olvidados

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“Quiero ser la voz de los que no tienen voz”. Afirmaciones como ésta fueron las premisas sostenidas por Ryszard Kapuściński al realizar periodismo. Este periodista polaco no leyó un libro hasta los 12 años, ni tuvo un par de zapatos buenos hasta llegar a la adolescencia, pero siempre tuvo clara su vocación. Fueron estas afirmaciones lo que llevaron a un chico con una dura infancia a ser un auténtico animal de la comunicación y uno de los máximos exponentes de la crónica internacional en la última mitad del siglo XX.

Una de las biógrafas más reconocida del periodista y escritor polaco, Beata Nowacka, ha asistido a una charla con los estudiantes de Periodismo en la UMH sobre la vida y obra de Ryszard Kapuściński. Mediante la cita del también historiador y ensayista “El periodismo no es una profesión, sino una vocación”, Nowacka ha realizado un repaso a la trayectoria profesional del autor. Las facetas del autor polaco fueron tan diversas como los lugares en los que trabajó. Es complicado distinguir en cual de sus vertientes destacó más Kapuściński. Practicaba un periodismo collage, su poesía, fotografía y literatura gozaron de un tremendo éxito, como es el caso de El emperador o Lapidarium. Pero si hay algo en lo que todos los expertos coinciden  es en que ha sido uno de los mejores corresponsales de la historia.

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– Beata Nowacka y el profesor José Alberto Avilés durante la ponencia

Reportero de formación académica, Kapuściński comenzó su carrera estudiando historia en la universidad. En más de una ocasión rechazó dar clases en la universidad de Varsovia ya que su deseo era estar dónde y cuándo sucedían la historias. Quería ser testigo de los conflictos en África y Latinoamérica. Eligió visitar y cubrir países ‘exóticos’ políticamente para dar voz a aquellos que no la tenían.

Trabajaba para una agencia de noticias bastante modesta, la PAP (Agencia de Prensa Polaca) donde fue designado como único corresponsal en el extranjero encargado de cubrir todo el continente africano y Latinoamérica. “Tuve mucha suerte porque pude ser el único corresponsal de 54 países”, afirmaba siempre el periodista polaco.

Beata Nowacka destacó que Kapuściński sobrevivió a 30 revoluciones en todo el mundo, sufrió pobreza y la lepra e incluso fue condenado en diversas ocasiones a ser ejecutado. Según la biógrafa, desde Varsovia le advertían del peligro que corría, pero sus ganas de contar historias olvidadas lo mantenían en aquellos lugares tan remotos y desconocidos: “Vivir en estas condiciones supuso una gran experiencia para mi. Me ha enseñado que la amabilidad y  empatía hacia los más distantes es lo único que conforma la humanidad de una persona”.

Su visión iba más allá, Kapuściński interpretaba el periodismo como “una misión, no simplemente para ganar dinero, no afrontaría estos peligros sino supiera que estas historias merecen ser contadas. Esto es más que periodismo”.

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– Kapuściński como corresponsal en África

La conferencia de la biógrafa Beata Nowacka se encuentra enmarcada en el Seminario Internacional Ryszard Kapuściński, promovido por el profesor de la titulación de Periodismo, José Luis González.

Kapuściński vivió de aquello que le apasionaba. Las nuevas generaciones de periodistas debemos aprender a dar sentido a las cosas, comprender lo que verdaderamente importa, en definitiva, contar historias. Como diría Ryszard Kapuściński: “Los cínicos no sirven para este oficio”.

La obra de Ryszard Kapuscinski, más que Periodismo

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Existe un hábito que recomiendan casi todos los profesores de Periodismo: «conocer la vida y obra de los mejores periodistas». Una buena oportunidad para aprender más sobre el significado de la profesión periodística es estudiar la trayectoria del conocido escritor polaco Ryszard Kapuscinski.

El pasado 21 de noviembre, los estudiantes de Periodismo de la Universidad Miguel Hernández disfrutaron de una conferencia sobre la vida y la obra periodística de Ryszard Kapuscinski impartida por Beata Nowacka, una de sus biógrafas más reconocidas.

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Los profesores José Luis González y José Alberto Avilés, posando al lado de Beata Nowacka al finalizar la ponencia.

Nowacka se mostró muy satisfecha por el hecho de que exista una facultad de Periodismo en España que se encargue de estudiar la obra de Kapuscinski, y ofreció una clase magistral sobre el aspecto más humano y profesional del famoso periodista. Las palabras de Beata, traducidas por el profesor José Alberto Avilés, dieron una buena pincelada a los distintos perfiles del escritor polaco: periodista, fotógrafo, poeta e intérprete de otras culturas.

«El Periodismo no es una profesión, sino una vocación», este es uno de los lemas que siempre llevó por bandera el periodista polaco. Kapuscinski fue un reportero de formación académica que comenzó su carrera estudiando historia en la universidad. Rechazó dar clases en Varsovia y siempre quería estar presente en el momento y lugar donde sucedía la historia. Trabajaba para una agencia de noticias bastante modesta y se encargaba de cubrir todo el continente africano, algo que le supuso multitud de problemas y experiencias que se encargó de incluir en sus distintas publicaciones periodísticas y literarias. Beata Nowacka mostró y explicó a los alumnos de la UMH numerosas citas extraídas de obras del escritor polaco como «La guerra del fútbol», «La sombra del sol» y «El emperador».

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Beata Nowacka destacó una característica de Ryszard Kapuściński que resulta fundamental para entender la vida del periodista: la capacidad de conocer y relacionarse con las personas, entender su esencia y tener empatía con ellas.
En la obra «La guerra del fútbol«, donde aparecen relatos sobre diversos conflictos africanos y latinoamericanos, Kapuscinski cuenta: “Esta experiencia me ha enseñado que la amabilidad y la empatía hacia los otros, es lo único que conforma la humanidad de una persona”. Nowacka explicó que  Kapucinski sobrevivió a 30 revoluciones en todo el mundo, sufrió pobreza y fue condenado en diversas ocasiones a ser ejecutado. «Vivir en estas condiciones supuso una gran experiencia para él«, asegura Beata Nowacka.

A nivel internacional, Kapucinski es uno de los periodistas más importantes de la historia, pero como todos los iconos mediáticos, también ha tenido detractores. En el año 2010, tres años después de su muerte, una biografía publicada por su amigo y discípulo Artur Domoslawski ”Kapuscinski non- fiction“ suscitó una gran polémica en torno a la figura de Kapuscinski,  pues lo acusa de colaborar con el régimen comunista polaco y de inventarse hechos para sus crónicas.
Con polémica o no, el escritor polaco ha sido y será un referente en el mundo del Periodismo, y su legado, seguirá siendo un objeto de estudio donde investigadores como Beata Nowacka seguirán profundizando.

Kapuściński, el periodismo sin intermediarios

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El pasado 21 de noviembre los alumnos de Periodismo de la Universidad Miguel Hernández de Elche, asistieron a una conferencia impartida por Beata Nowacka y enmarcada en el Seminario Internacional Ryszard Kapuściński, promovido por el profesor de la titulación de Periodismo, José Luis Gonzalez. En la ponencia se esbozó la vida y obra del periodista Ryszard Kapuściński desde cinco perspectivas distintas: la de periodista, fotógrafo, poeta, humanista e intérprete de otras culturas.

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Beata Nowacka. Foto: periodismo.umh.es

Beata Nowacka, una de las más reputadas biógrafas del periodista polaco, recordó que Kapuściński comenzó su carrera del mismo modo que el público asistente, “siendo un estudiante universitario”. Estudiante de historia, el reportero vivió en una época convulsa e irrepetible donde en África, tras años de colonialismo y esclavitud, surgieron nuevas naciones. El espíritu humanista y periodístico del que hacía gala el periodista polaco, le impidió “estudiar la situación desde las bibliotecas”. Abogaba por la práctica de un periodismo de proximidad, sin intermediarios, él quería ser testigo directo de esos conflictos. Y así lo hizo.

Nowacka recordó que Kapuściński trabajaba en una agencia de noticias polaca bastante modesta, cubriendo todo el continente africano, lo que le hizo ser corresponsal en cerca de 54 países, aunque esta experiencia también le granjeó algún problema: llegó a ser condenado a muerte hasta en cuatro ocasiones.

Ese periodismo de proximidad que practicaba era el que conjugaba con una frase que el corresponsal polaco manifestó y que posteriormente daría título a uno de sus libros: “Los cínicos no sirven para este oficio”. Este afán por la creación y defensa de una ética y deontología periodística es lo que, a su vez, lo convertía en un periodista que destacaba por la visión humana de sus historias y reportajes.

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Periodista, escritor, historiador y, en cierta manera, etnógrafo. Kapuściński interpretaba las otras culturas para sus lectores, pero también interactuaba y se mezclaba con ellas, consiguiendo ser “la voz de aquellos que no la tienen” en los lugares donde no existían medios de comunicación. Sentir empatía y curiosidad, no tener miedo al esfuerzo, eran otras de las claves para el trabajo periodístico que argumentaba el periodista polaco en este libro.

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José Alberto Avilés – Profesor UMH

La profesora de la Universidad de Silesia, Beata Nowacka, expuso las características que hicieron al reportero polaco lo que es hoy en día, cuando sus obras se han traducido a más de 45 idiomas e incluso Gabriel García Márquez lo ha calificado como “el periodista más grande del siglo XX». Asímismo se mostró agradecida con la titulación de Periodismo de la UMH que mantiene viva y estudia la obra de Ryszard Kapuściński, fallecido en 2007. José Alberto Avilés, también profesor de la titulación, fue el encargado de traducir a la ponente en una conferencia que acabó con un distendido turno de preguntas.